"Mi objetivo es hacer del diseño gráfico una herramienta integral al servicio de las marcas y por supuesto de la sociedad." Alexandra Pérez Nova
En primer lugar me
gustaría saber ¿cuál ha sido su preparación académica para llegar a donde se
encuentra actualmente?
Mi
preparación ha sido un camino bastante largo, aún no llego a mi meta pero cada
día avanzo más hacía ella. Estudié diseño gráfico cuándo en Colombia apenas
comenzaba a considerarse como una carrera más bien técnica, el reconocimiento y
los recursos no eran precisamente abundantes como de los que gozan ustedes hoy
día.
Siempre
me apasionó la comunicación en todas sus formas de expresión. Con una mente
inquieta y abierta, me motivé a querer viajar a la meca del diseño, a Italia y
visitar el mayor número de museos posible, conocer su cultura y la razón por la
cual es el mayor referente en el mundo del diseño, de las emociones.
Pero
a mi regreso me encontré con un país con muchos conflictos sociales y
económicos, así que la idea de trabajar en mi profesión no era viable, pero me
adapté a las circunstancias, y comencé a trabajar en una empresa española de
telecomunicaciones en un puesto técnico, que gracias a Dios, me inició en este
apasionante mundo de la comunicación de las marcas. Pues allí, a medida que me
ascendían, entendía que el ADN de una marca es toda la empresa; desde su
personal operario, producción, administración, las estrategias de comunicación,
pero sobre todo, la percepción de sus stakeholders.
Allí
tuve que tratar con todo tipo de empresarios Pyme, (proveedores) y mi gusto por
observar y entender todo lo que me rodea, me llevó a la misma conclusión: todas
las empresas tienen graves problemas de comunicación, todos desconocen el valor
y el poder de sus marcas.
Así
que renuncié y me inicie en la apasionante aventura de perseguir mi sueño,
ayudar a estas Pyme a crecer, a progresar, y así mismo, lograr realizarme
profesionalmente. Sonaba muy bien, pero no contaba con la preparación. Yo
intuía que había una manera de orientar la comunicación de una empresa, pero
para entonces, el concepto de Branding no se vislumbraba por ninguna parte y
menos en mi país, que no éramos tenidos en cuenta en la sociedad mundial como
un país rentable para invertir trayendo marcas poderosas, por tanto,
conocimiento especializado.
Me
vinculé a un programa de la Cámara de Comercio “Bogotá Emprende” y me matriculé
en todas sus capacitaciones: capsulas, talleres, actividades lúdicas, todo lo
que me permitiera entender la comunicación de las empresas y lo que yo podía
hacer con mi talento para orientar esa comunicación. Además me puse a buscar
toda la información posible en Internet y encontré varios artículos de Joan
Costa, comenzando así a entender el concepto de marca.
A
partir de allí, el de Branding, que reunía en un solo concepto lo que encierra
la comunicación de una marca: un sistema estructurado que gestiona la
comunicación de los elementos y actividades que componen una marca y que
afectan directamente su percepción: producción, materias primas, cliente
interno, diseño, marketing, ventas, stakeholders. Priorizando y fortaleciendo
el trabajo en equipo de las diferentes especialidades de comunicación en
función a la marca.
Han
sido muchos años de investigación, de aprendizaje, de experiencias
empresariales propias y ajenas, por supuesto, sin dejar de valorar el aporte
académico, que hoy día es mucho más preciso.
¿Cuál es su contribución
a Graphein (podría explicar un poco qué hace en esta empresa)?
Graphein
es un término griego que significa y abarca el inmenso universo de lo gráfico,
todo lo que tu mano puede dibujar y exponer a partir de tu creatividad, todo lo
que puedes comunicar sensorialmente.
Graphein
es mi creación, es mi empresa. Es una contribución al diseño, a toda expresión
gráfica que últimamente se ha ido perdiendo en el torbellino de la inmediatez
del consumismo. El objetivo es que Graphein sea el referente del diseño que
comunica con calidad, ética y es socialmente responsable.
Además de Graphein
trabaja como consultora en otras empresas ¿qué aporta a estas?
Siempre
he creído que el aporte debe ser en doble vía, sino es estéril. Mi mayor aporte
es escuchar atentamente sus necesidades, entender sus anhelos y expectativas,
ponerme en sus zapatos lejos de toda retórica académica, para poder ofrecer
alternativas viables a sus necesidades específicas de comunicación. A cambio me
han aportado experiencias de vida; laborales, sociales y personales que
enriquecen cada día más mi vida profesional y personal.
¿Cuál ha sido la marca
que más les ha aportado, de la que más han aprendido?
En
general todas las marcas son una materia en tu Pensum profesional. Pero hay una
marca de una Pyme que me aportó humildad, respeto por los valores emocionales
de la marca, que no es otra cosa que la esencia de sus fundadores, una marca
que desafía cualquier regla de diseño y de naming ya que aparentemente no era
viable para el registro de marca en la Superintendencia, pero lo logró. Esa
marca es SuperAvena, que ha comenzado a establecerse fuertemente en el mercado
local. Me enseñó que siempre tenemos algo nuevo que aprender y que cada
empresario es un maestro.
¿Podría darnos un
ejemplo de arquitectura de marca correcto según su opinión? ¿Qué marca
actualmente piensa que lo está haciendo de forma incorrecta?
Por
regla general hablamos de tres elementos: verbal, visual y psicológico, este
último se fundamenta en tres condiciones: debe ser original, referente de
calidad y socialmente responsable, es decir, que su mensaje sea coherente con
sus acciones más allá de un buen diseño o de una buena publicidad.
Un
buen ejemplo de arquitectura de marca bien gestionada es FourSeasons, la cadena
de hoteles, reúne todas las condiciones de marca.
Pero
también hay marcas que pese a estar muy bien posicionadas, fallan en mantener
estas condiciones al olvidar que son parte integral de la sociedad. Tal es el
caso reciente de Reebok, que tuvo que afrontar una fuerte multa por publicidad
engañosa o el de marcas poderosas como Apple o Nike, que han descuidado la
integridad de su marca al no ejercer la responsabilidad social cuando ignoran
las condiciones laborales de las empresas que manufacturan sus productos en
Asia.
El
punto es que la estructura de la arquitectura de una marca es muy frágil, puede
ceder en cualquiera de sus ejes afectando su reputación frente a sus
stakeholders. Fue el caso de GAP, que ignoró el valor emocional de los símbolos
de su marca y pretendió cambiar su logo generando un rechazo marcado en las
redes sociales, pues estaba desestimando el apego emocional de sus clientes.
La
lección es que no podemos desestimar ningún elemento de la estructura de la
marca si queremos lograr que sea una marca que genere lealtad más allá de la
razón, una marca confiable, respetable y amada, una Lovemark.
¿Hasta qué punto cree
que es importante el diseño para una marca?
El
diseño es un pilar fundamental en la comunicación de una marca, es parte de su
estructura. Permite visualizar, recordar, asociar, familiarizar a la marca en
los diferentes escenarios de la cotidianidad. Refleja el interés y el respeto
por presentarse ante su público. Es comparable a una entrevista de trabajo
dónde te pones lo mejor y te arreglas muy bien para dar la mejor impresión, la
mejor imagen, es igual para una marca. Si es descuidada, agresiva, simple
visualmente, así mismo la percibirá el público en su mente. El 80% de la
información que recibimos es visual, por tanto, es muy relevante.
¿Podría darnos un
consejo para los estudiantes de publicidad que queremos llegar a trabajar en el
mundo del branding?
En primer lugar me
gustaría saber ¿cuál ha sido su preparación académica para llegar a donde se
encuentra actualmente?
Mi
preparación ha sido un camino bastante largo, aún no llego a mi meta pero cada
día avanzo más hacía ella. Estudié diseño gráfico cuándo en Colombia apenas
comenzaba a considerarse como una carrera más bien técnica, el reconocimiento y
los recursos no eran precisamente abundantes como de los que gozan ustedes hoy
día.
Siempre
me apasionó la comunicación en todas sus formas de expresión. Con una mente
inquieta y abierta, me motivé a querer viajar a la meca del diseño, a Italia y
visitar el mayor número de museos posible, conocer su cultura y la razón por la
cual es el mayor referente en el mundo del diseño, de las emociones.
Pero
a mi regreso me encontré con un país con muchos conflictos sociales y
económicos, así que la idea de trabajar en mi profesión no era viable, pero me
adapté a las circunstancias, y comencé a trabajar en una empresa española de
telecomunicaciones en un puesto técnico, que gracias a Dios, me inició en este
apasionante mundo de la comunicación de las marcas. Pues allí, a medida que me
ascendían, entendía que el ADN de una marca es toda la empresa; desde su
personal operario, producción, administración, las estrategias de comunicación,
pero sobre todo, la percepción de sus stakeholders.
Allí
tuve que tratar con todo tipo de empresarios Pyme, (proveedores) y mi gusto por
observar y entender todo lo que me rodea, me llevó a la misma conclusión: todas
las empresas tienen graves problemas de comunicación, todos desconocen el valor
y el poder de sus marcas.
Así
que renuncié y me inicie en la apasionante aventura de perseguir mi sueño,
ayudar a estas Pyme a crecer, a progresar, y así mismo, lograr realizarme
profesionalmente. Sonaba muy bien, pero no contaba con la preparación. Yo
intuía que había una manera de orientar la comunicación de una empresa, pero
para entonces, el concepto de Branding no se vislumbraba por ninguna parte y
menos en mi país, que no éramos tenidos en cuenta en la sociedad mundial como
un país rentable para invertir trayendo marcas poderosas, por tanto,
conocimiento especializado.
Me
vinculé a un programa de la Cámara de Comercio “Bogotá Emprende” y me matriculé
en todas sus capacitaciones: capsulas, talleres, actividades lúdicas, todo lo
que me permitiera entender la comunicación de las empresas y lo que yo podía
hacer con mi talento para orientar esa comunicación. Además me puse a buscar
toda la información posible en Internet y encontré varios artículos de Joan
Costa, comenzando así a entender el concepto de marca.
A
partir de allí, el de Branding, que reunía en un solo concepto lo que encierra
la comunicación de una marca: un sistema estructurado que gestiona la
comunicación de los elementos y actividades que componen una marca y que
afectan directamente su percepción: producción, materias primas, cliente
interno, diseño, marketing, ventas, stakeholders. Priorizando y fortaleciendo
el trabajo en equipo de las diferentes especialidades de comunicación en
función a la marca.
Han
sido muchos años de investigación, de aprendizaje, de experiencias
empresariales propias y ajenas, por supuesto, sin dejar de valorar el aporte
académico, que hoy día es mucho más preciso.
¿Cuál es su contribución
a Graphein (podría explicar un poco qué hace en esta empresa)?
Graphein
es un término griego que significa y abarca el inmenso universo de lo gráfico,
todo lo que tu mano puede dibujar y exponer a partir de tu creatividad, todo lo
que puedes comunicar sensorialmente.
Graphein
es mi creación, es mi empresa. Es una contribución al diseño, a toda expresión
gráfica que últimamente se ha ido perdiendo en el torbellino de la inmediatez
del consumismo. El objetivo es que Graphein sea el referente del diseño que
comunica con calidad, ética y es socialmente responsable.
Además de Graphein
trabaja como consultora en otras empresas ¿qué aporta a estas?
Siempre
he creído que el aporte debe ser en doble vía, sino es estéril. Mi mayor aporte
es escuchar atentamente sus necesidades, entender sus anhelos y expectativas,
ponerme en sus zapatos lejos de toda retórica académica, para poder ofrecer
alternativas viables a sus necesidades específicas de comunicación. A cambio me
han aportado experiencias de vida; laborales, sociales y personales que
enriquecen cada día más mi vida profesional y personal.
¿Cuál ha sido la marca
que más les ha aportado, de la que más han aprendido?
En
general todas las marcas son una materia en tu Pensum profesional. Pero hay una
marca de una Pyme que me aportó humildad, respeto por los valores emocionales
de la marca, que no es otra cosa que la esencia de sus fundadores, una marca
que desafía cualquier regla de diseño y de naming ya que aparentemente no era
viable para el registro de marca en la Superintendencia, pero lo logró. Esa
marca es SuperAvena, que ha comenzado a establecerse fuertemente en el mercado
local. Me enseñó que siempre tenemos algo nuevo que aprender y que cada
empresario es un maestro.
¿Podría darnos un
ejemplo de arquitectura de marca correcto según su opinión? ¿Qué marca
actualmente piensa que lo está haciendo de forma incorrecta?
Por
regla general hablamos de tres elementos: verbal, visual y psicológico, este
último se fundamenta en tres condiciones: debe ser original, referente de
calidad y socialmente responsable, es decir, que su mensaje sea coherente con
sus acciones más allá de un buen diseño o de una buena publicidad.
Un
buen ejemplo de arquitectura de marca bien gestionada es FourSeasons, la cadena
de hoteles, reúne todas las condiciones de marca.
Pero
también hay marcas que pese a estar muy bien posicionadas, fallan en mantener
estas condiciones al olvidar que son parte integral de la sociedad. Tal es el
caso reciente de Reebok, que tuvo que afrontar una fuerte multa por publicidad
engañosa o el de marcas poderosas como Apple o Nike, que han descuidado la
integridad de su marca al no ejercer la responsabilidad social cuando ignoran
las condiciones laborales de las empresas que manufacturan sus productos en
Asia.
El
punto es que la estructura de la arquitectura de una marca es muy frágil, puede
ceder en cualquiera de sus ejes afectando su reputación frente a sus
stakeholders. Fue el caso de GAP, que ignoró el valor emocional de los símbolos
de su marca y pretendió cambiar su logo generando un rechazo marcado en las
redes sociales, pues estaba desestimando el apego emocional de sus clientes.
La
lección es que no podemos desestimar ningún elemento de la estructura de la
marca si queremos lograr que sea una marca que genere lealtad más allá de la
razón, una marca confiable, respetable y amada, una Lovemark.
¿Hasta qué punto cree
que es importante el diseño para una marca?
El
diseño es un pilar fundamental en la comunicación de una marca, es parte de su
estructura. Permite visualizar, recordar, asociar, familiarizar a la marca en
los diferentes escenarios de la cotidianidad. Refleja el interés y el respeto
por presentarse ante su público. Es comparable a una entrevista de trabajo
dónde te pones lo mejor y te arreglas muy bien para dar la mejor impresión, la
mejor imagen, es igual para una marca. Si es descuidada, agresiva, simple
visualmente, así mismo la percibirá el público en su mente. El 80% de la
información que recibimos es visual, por tanto, es muy relevante.
¿Podría darnos un
consejo para los estudiantes de publicidad que queremos llegar a trabajar en el
mundo del branding?
Han
elegido una carrera con un potencial de comunicación impresionante. Es una
nueva generación que se estrena en un mundo globalizado con muchas
herramientas, pero también con muchos retos. La preparación universitaria es
muy importante, muy valiosa, pero no se debe olvidar que ser un profesional no
depende de un título, ser profesional también es una actitud de vida; mantener
la mente abierta a los cambios, cultivar la habilidad de observar, de escuchar,
allí nace la verdadera creatividad, y no olvidar que siempre estamos
aprendiendo, que aún nos falta camino por recorrer. Con eso cada día será un
nuevo logro del cual disfrutar.
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